martes, 3 de marzo de 2020

Seré breve con el IRPH, como lo ha sido Europa


           He leído, en alguna de las publicaciones de hoy, que los bancos han saltado de alegría con la Sentencia del Tribunal Europeo porque dicen que no le han dado la razón al consumidor. 

      Oiga usted, que lo mismo han leído una Sentencia distinta a la que se ha dado hoy. Todo es posible, o eso o que la frase aquella de "de ilusión también vive el hombre" habrá que cambiarla por la de "de ilusión también viven los bancos". 

      Voviendo al tema principal, que es lo que nos interesa, en ningún caso se dijo que el asunto del IRPH, llevado al tribunal Europeo estaba basado en que el IRPH, en sí, fuera abusivo sin más.
      Lo que se preguntaba era que si la forma en la que el banco te coloca un IRPH, en lugar de otro tipo de interés, podía considerarse como abusiva o no. De ahí, los posibles "malosentendidos" que se han generado o las publicaciones de "vaya mierda" que he podido leer a lo largo del día. 

      Lo que se le pregunta al Tribunal Europeo es lo siguiente: 
  
      ¿Se puede estudiar la posible abusividad del IRPH como interés a aplicar en un préstamo hipotecario si ese IRPH está sacado de una ley?

La respuesta de Europa es que SÍ se puede entrar a examinar su posible abusividad porque el IRPH no es el resultado de una ley de obligado cumplimiento puesto que Bankia tenía la posibilidad de fijar un tipo de interés variable de otro modo, siempre que fuera claro, concreto y comprensible por el prestatario y conforme a Derecho. (Punto 35 y 36 de Sentencia). 


¿Se puede examinar la posible abusividad de una cláusula que recae sobre un elemento esencial del contrato, como es el interés pactado (precio)?

La respuesta de Europa es que SI se puede entrar a examinar su posible abusividad. Un Estado miembro está obligado  a examinar el carácter claro y comprensible de una cláusula contractual que se refiere al objeto principal del contrato, con independencia de la transposición del artículo 4, apartado 2, de dicha Directiva al ordenamiento jurídico de ese Estado miembro. (punto 47 de la Sentencia). 


 ¿Si se establece el IRPH como interés a aplicar en el préstamo hipotecario, el banco está obligado a informar al cliente sobre el método de cálculo de dicho interés y de su evolución tanto en el pasado como en el futuro?

La obligación del banco, no sólo es la de la explicación gramatical, si no que  dicha explicación debe posibilitar que el consumidor medio, normalmente informado  y razonablemente atento y perpicaz, esté en condiciones de comprender el funcionamiento concreto del modo de cálculo de dicho tipo de interés y de valorar así, basándose en criterios precisos y comprensibles, las consecuencias económicas, potencialmente significativas, de tal cláusula sobre sus obligaciones financieras (punto 51 de la Sentencia). 


¿Si se declara nulo el interés pactado, en este caso el IRPH, ese interés puede sustituirse por el EURIBOR  o el préstamo se deja sin interés y entonces el cliente sólo tiene que devolver el capital prestado? 

Con el fin de evitar la nulidad del contrato, el juez nacional puede sustituir la cláusula que establece el IRPH por otro tipo de interés que conste en la normativa de España, y ello en tanto en cuanto sea más perjudicial para el consumidor declarar la nulidad del contrato que la sustitución del interés.

Además, el Tribunal Europeo establece que no procede limitar temporalmente los efectos de la Sentencia.


Tras esta Sentencia nos encontramos ante dos situaciones a tener en cuenta: 

1- Habrá que examinar caso por caso para determinar si es más beneficioso para el consumidor declarar nulo el contrato o sustituirlo el interés. 
2- Nuestro Tribunal Supremo tendrá que decir algo respecto a las Sentencias que en su momento dijeron que no se podía entrar a examinar sobre la posible abusividad del IRPH. 

Tenga en cuenta que si su banco le llama, en estos días, para ofrecerle un interés suculento seguramente haya gato encerrado. No firme nada y acuda a un especialista en la materia para que estudie su caso. A largo plazo lo agradecerá. 

Con todo esto sobre la mesa, pongámonos manos a la obra porque hay mucho trabajo por hacer. 





sábado, 25 de enero de 2020

Raquel hace paté


Raquel es paz. 

Es calma. 

Es serenidad. 

Raquel te escucha como el que se para a sentir la lluvia con los ojos cerrados. 

Además, Raquel hace paté.

Sí. ¿Conocen a alguien que haga paté? En serio, ¿conocen a alguien que haga paté casero? Sin colorantes ni conservantes. Paté.

Se acercaba la Nochevieja y este año era muy distinto para mí. Raquel lo sabía. Me ofrecieron varios planes, pero el que más me gustó fue el de Raquel. 

Raquel tiene esa forma de invitarte a un evento en la que es imposible decir que no. Aquella Nochevieja tenía muy buena pinta. Yo no conocía a nadie, sólo a Raquel. Era en casa de unos amigos suyos. Seríamos más de una decena de comensales, en la que todos se conocían entre ellos excepto yo. Opté por esa opción. Me encanta conocer a gente nueva.

Creo que empecé mal. Llegué tarde. Raquel me llamó:

-¿Dónde estás?

- Estoy llegando, casi en el parking, en 5 minutos estoy……

Allí estaban todos, esperando a que yo llegara para comenzar a cenar. Una desconocida, invitada y que además se permitía el lujo de llegar tarde. ¡Qué vergüenza! Jamás llego tarde a los sitios ¿Qué narices me había pasado ese día? La San Silvestre, fue la San Silvestre que entre ir a correr y la cerveza de después……

Llegué, con cara de apuro, de prisas, dando las gracias por haberme esperado. Es mejor dar las gracias que pedir perdón. Lo fácil es lo segundo, lo difícil lo primero. 

Iba cargada con aquella bolsa del supermercado llena de lo que había comprado para aquella noche excepto el licor de arroz. ¡Será posible! ¡El licor de arroz! Lo había dejado en la nevera y al salir corriendo únicamente cogí la bolsa que había sobre la mesa de la cocina. La había dejado preparada justo antes de salir a la San Silvestre. Dichoso licor de arroz. Con las ganas que tenía de probarlo. Estoy convencida de que les habría encantado. No iba a volver a casa a por él, y mucho menos en las horas en las que nos encontrábamos. Ya habían esperado bastante como para darle importancia al licor de arroz.

Nos sentamos en la mesa, yo junto a Raquel. No conocía a nadie más. Y allí estaban esos botes de cristal con paté. ¡Qué pintaza tenían!      

      - Lo he hecho yo - dijo Raquel.
-         -  ¿En serio? ¿Has hecho tú el paté?- Le pregunté

Yo no podía dejar de observarlo. Era una maravilla culinaria y sabía a gloria. Un gustazo para el paladar. 

Raquel hace paté. 

Uno de jamón y otro de bonito con anchoas. 

Paté. 

Nunca había conocido a nadie que hiciera paté.

Y entre una cosa y otra, Raquel nos habló de Finita. Una señora que les cuidaba y ayudaba en las tareas del hogar. Por lo visto, Finita, era una gran persona. 
Cuando Raquel hablaba de ella se notaba aquella ternura en sus ojos. Era una señora que te servía para un roto y un descosido. Da igual lo que ocurriera o lo que hiciera falta, Finita tenía solución para todo. Era resolutiva y en tareas del hogar no la ganaba nadie. Meticulosa con la limpieza. A fondo. Todo. 

Pero la historia de Finita, más allá de que hacía enormes tortillas de patata en el cumpleaños de Sandra, la hermana de Raquel, era mucho más peculiar. Finita lo limpiaba todo. Con gran conciencia (según contaba Raquel) con tanta conciencia que, en una ocasión, cuando Raquel fue a visitar a su abuela se quedó mirando un cuadro de estos de metal donde está la virgen María con el niño Jesús en brazos. Ella se acercaba, extrañada, (según nos iba relatando) porque había algo muy raro en esa imagen. Conforme se aproximaba, al tener aquella imagen delante de sus propias narices, no pudo evitar troncharse de la risa. Finita, había limpiado aquel cuadro tan a conciencia que había eliminado la imagen de la virgen y el niño. Pero no se olviden que Finita era muy apañada, así que decidió ponerle solución a aquello. 

Un rotulador siempre es una gran alternativa para cualquier problema. Y allí estaba la virgen  y el niño. Ambos sonrientes, con esas grandes pestañas, y sus cejas. Y esa pequeña nariz, en forma de triángulo. Lo mejor era sus sonrisas. Parecían tan felices. Finita tenía la solución para todo.

Y para comprobar si nuestra imaginación, mientras Raquel nos relataba aquella historia, había coincidido con la realidad, nos anunció que tenía prueba de ello. Sacó su móvil, entró en la carpeta de imágenes y nos ilustró con aquella foto. La virgen y el niño, “apañados” por Finita. (imagen que adjunto a este relato).

No morimos de la risa en aquel momento porque alguien dijo: !ya traigo agua! Qué momentazo cuando nos enseñó la foto. !Qué grande, Finita!

Qué gran noche. Terminamos cantando “te estoy amando locamente” en plan karaoke, con la emoción en el cuerpo  y con el “pero no sé cómo te lo vy a desí”. Una canción cantada en grupo. Qué gran noche, que grandes todos los que se encontraban allí. 

Raquel hace paté y además tiene unos amigos maravillosos, como ella.

El miércoles vino a verme al despacho. 
– El jueves quedamos. Me dice. –,bueno, no. Mejor el viernes. Vamos a tomar un vino y picamos algo. 

Ya os he dicho que Raquel tiene esa manera de ofrecerte un plan el cual es imposible rechazar. Y así, entre copa y copa de Abadía Retuerta recordamos de nuevo a Finita, el paté y el “te estoy amando locamente”. 

Esos momentos son lo mejor de la vida. Y que personas como Raquel formen parte de ella, la hacen extraordinaria.




Feliz Cumpleaños, Raquel.