jueves, 30 de marzo de 2023

Nuestro nuevo secreto


Por dentro, vacío.

Por fuera, tu ausencia.

¿En qué momento de la vida, de mi vida, te escurriste de mis brazos?

¿En qué momento me confié tanto pensando que estarías para siempre? 

¿Cuándo fue eso? Tal vez fue cuando me abrazabas y me dejabas impregnarme de tu olor y di por hecho que siempre podría hacerlo.

Es posible que fuera con aquellos besos para decirme que me querías.

Quizás, cuando pensabas en mí, en cómo arrancarme una sonrisa.

¡Ya verás cuando lo vea Celia! ¡Le va a encantar! - decías. 

Y me encantaba.

Me encantaba verte tan feliz por hacerme feliz a mí. Me encantaba esa manera en la que decías mi nombre: Ceeeeeliaaaaa.

Qué bonito fue tenerte tan cerca. Qué bonito ese trayecto a tu lado aunque ahora hayas decidido no invitarme a caminar junto a ti.

 Asun dice que otros te necesitaban más que nosotras y por eso has tenido que hacerlo así. Para cumplir con tu cometido. Lo dice para animar(nos). Pero, ¿sabes? Yo soy una egoísta y no me importan los otros, yo quería que te quedaras conmigo, porque yo te necesito, mucho más que los otros, créeme, mucho más.  Yo necesito olerte, que me tengas entre tus brazos, necesito coger tu bufanda cerrar los ojos y respirar(te), necesito tu sonrisa, tus palabras, tu mirada. Necesito tu mirada.

Necesito que me digas: ¡quítate eso! ¡Que se te van a quedar marcas! -, cuando vayamos a la playa mientras te voy diciendo que me da vergüenza.

No se lo he dicho a Asun, no quiero que se enfade. Le he dicho que ella tiene razón. Pero yo lo que quiero, además de sentirte, poder tocarte, poner todos mis sentidos sobre ti. No se lo digas. Será nuestro secreto. Otro más, ¿vale?

Una cosa te digo, y aquí te estoy levantando el dedo índice de mi mano izquierda,  me has dejado entre risas y llantos. Con los recuerdos ya construidos y por los que me dejaste sin construir. Ya te vale. Y sin avisar, eso si que no me lo esperaba. 

Que sí, que sí, que me quedo con lo bueno y todo eso que siempre se dice,  pero es que yo quería más. Más cafés. Más besos. Más llamadas. Más audios. Más "buenos días". Más cotilleos. Más cumpleaños. Más aniversarios. Más vinos (ya lo sé...que tú cervecica). Más fotos. Más proyectos. Más metas. Más recuerdos. Más de todo. Más de ti.

Quería que te quedaras, para siempre, pero tenías otros planes.

¿Qué si me he enfadado por no contar conmigo en esos planes? Por supuesto. Pero ya sabes que lo terminaré entendiendo. Ahora no quiero hacerlo.

Ya me dirás tú qué hago yo con todo este mogollón que se me ha hecho dentro. Feico es un rato. Lo miro y pienso: ¡uff, qué mala pinta tiene! Está negro, negro, negro...

Y te oigo a ti diciendo: pero ¡chica! Si eso no es "na".

¿Que no es nada? Bueno, ya lo discutiremos.

En aquella historia de la niña y su muñeca, Kafka decía que todo lo que amas probablemente se perderá, pero al final, el amor volverá de otra manera.

Yo no quiero que vuelva de otra manera, quiero que vuelvas tú, a tu manera ¿para qué narices lo voy a querer de otra manera? No me gusta Kafka, ni su muñeca ni aquella niña. 

Estoy enfadada. Con Kafka también, por esa absurda frase. 

Si, si, tu ríete, pero que sepas que estoy enfadada. 


Ay, cariño, negro, negro negro...y no veas cómo duele. 

Qué bonita eres, ya lo sabes, siempre.

Por cierto...te quedas a mi lado y el mundo me parece más amable, más humano, menos raro.



 

No hay comentarios:

Publicar un comentario