martes, 27 de febrero de 2018

Para huevos, los suyos

Nuestros mayores salieron a la calle, y nosotros, los que aún no somos “mayores”, nos quedamos mirando desde el sofá. Anclados a nuestros teléfonos.

Nuestros “mayores” son aquellos que han currado toda la vida para que les quede una pensión de mierda que no se ve revalorizada así pasen los años. Gracias a ellos se ha hecho la hucha de la pensión. De la que se ha “tirado” para invertir en otras cosas que este gobierno ha considerado más importante. Pero no hagamos política de lo que es política y de lo que nuestro gobierno actual ha hecho política cuando estaba en la oposición, (resumen de las palabras de nuestro presidente tras las manifestaciones de los pensionistas) y es que, en realidad, no  vengo, a través de estas palabras,  a quejarme del gobierno de mierda que actualmente tenemos, ganas no me faltan, y motivos tampoco, en realidad me quejo de nosotros, de los “no mayores”, de los que nos quedamos mirando, de los que nos creemos  “escritores” por un twitter que ha tenido gran acogida, o que somos “la hostia” porque tenemos un número que sobrepasa los tres dígitos de amigos en el Facebook, molamos un montón, eso nos hace sentirnos extraordinarios,  especiales, un “crack” y en realidad, parecemos imbéciles.


Gracias a nuestros mayores, nosotros podemos acudir a jornadas completas de trabajo porque son ellos los que se ocupan de nuestros hijos. Los llevan al colegio, los recogen, los llevan al parque, les dan de merendar, de comer, de cenar,  y luego llegamos y decimos: "es que el niño me estresa!", y claro, a uno le dan ganas de preguntarse ¿cuando? ¿en qué momento? Si cuando no están en el colegio están con los abuelos!. Pero aún así:  estresan. Y cuando llega el período de vacaciones escolares andamos contando los días para que vuelvan al colegio y con los abuelos, porque nuestros hijos, a nosotros, nos estresan, pero a lo abuelos no, porque "los abuelos" están hechos de otro material, o eso pensamos.

Y es que gracias a "nuestros mayores" hemos podido pagar en más de una ocasión la hipoteca, los libros de los peques, la luz, el agua, la comida de la semana,  porque mientras nosotros, los no mayores, no tenemos trabajo,  y nos pasamos de esquina en esquina lamentando esa falta de trabajo y adoptando la postura del "rey destronado", nuestros pensionistas nos ayudan con esa paga mensual que tantísimo esfuerzo les ha costado conseguir. Esos abuelos, que no ejercen como abuelos, sino como mucho más: como padres (otra vez). Porque en la sociedad en la que vivimos es imposible la conciliación familiar, o eso nos han hecho creer. No olvidemos que nuestros  mayores han trabajado toda la vida, y yo estoy aquí, me refiero a que la conciliación familiar también era difícil por aquel entonces, pero el esfuerzo era mayor o al menos, los mayores de ahora, por aquel momento, no creían que los mayores de entonces tenían la obligación de cuidar de los nietos como si fueran hijos. 

Hemos cambiado, nos hemos vuelto mucho más egoístas, nos hemos creído con el derecho de que nuestros mayores tienen que invertir  todo su tiempo (y su dinero) en nuestras necesidades, sin importarnos las suyas. Mientras nos mantenemos en esa creencia, han sido nuestros mayores los que han salido a la calle para manifestarse por una injusticia a todas luces, yo no he salido, y tú tampoco, nosotros, los que nos creemos con el derecho de su tiempo, nos hemos quedado en el sofá, viendo la televisión, como siempre, o la queja se ha hecho desde las redes sociales. Creemos que no es cosa nuestra, que no nos afecta, como si con nosotros no fuera la cosa. Vaya idiotas estamos todos hechos ¿es que acaso no queremos tener una pensión digna cuando llegue el momento? ¿Por qué no hemos salido junto a ellos a manifestarnos? Porque nos puede el egoísmo. !Qué vergüenza! ¿Qué le digo a mis hijos? ¿Qué esa lucha no es nuestra? Qué gran error, claro que es nuestra! Es nuestra lucha, es la de todos! Somos tan miserables que hemos sido incapaces de acompañarles en este combate, pero seguramente, mañana les llamaremos para que nos recojan al niño del colegio o para que nos ayuden con la factura de la luz. Los hemos abandonado, los hemos dejado solos en un momento tan importante, y lo que más tristeza me provoca, lo que más vergüenza me suscita, es saber que ellos jamás lo hubieran hecho. 



Ya quisiéramos los “no mayores”, de ahora, tener “los cojones” que tienen nuestros mayores, ya quisiéramos hacer el esfuerzo económico y de paciencia que hacen ellos. Ya quisiéramos ser capaces de quejarnos donde se nos oye de verdad y no en las redes sociales. Mientras nosotros nos quedamos inmóviles junto a un teléfono, nuestros mayores hacen lo que han hecho siempre: salir a la calle y pelear por lo que es suyo,  con los “santísimos cojones” que a todos nosotros (los no mayores) nos faltan.

No te olvides que los que más vamos a perder el poder adquisitivo de las pensiones, no son ellos, somos nosotros, sus hijos, nuestros hijos, no te quedes mirando y sal con ellos a pelear por algo que no sólo les afecta a ellos, nos afecta a todos. Por nuestros mayores, por nuestros abuelos, por nuestro ejemplo. 





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